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Chaoptica: an aesthetic approach to art and science
Friday, 8 October 2010
Tuesday, 5 October 2010
Ana María Yanes: repetición infinita de la naturaleza-fractales.
Figura 1: Ana María Yanes, Serie Natura Viva II: Transcendencia, 2000.
Fotografía cromogénica. Medidas:110 X 290 cm. Patagonia, Argentina.
Fotografía cromogénica. Medidas:110 X 290 cm. Patagonia, Argentina.
Ana María Yanes se interesa en la naturaleza como medio de inspiración y expresión. Ella de manera intuitiva sigue el mismo principio de creación y organización que estructura los elementos de la naturaleza y en ese sentido, el arquitecto del Renacimiento, Leon Battista Alberti, para quien la creación artística debía seguir el principio de la vida se refiere a lo siguiente:
"La belleza no es mera imitación de las cosas ni con la repetición de la natura, sino con la imitación de la fuerza creadora…es la recreación de organismos a la manera del procedimiento natural…la obra de arte se considera como un todo orgánico y vivo."(1)Es en esa fuerza creadora donde Ana María Yanes se ha aproximado a la Teoría del Caos, de manera personal y siguiendo su propio ritmo interno. A partir de una fotografía directa, ha construido un fractal, rotando, trasladando y repitiendo la imagen de manera sucesiva. Transcendencia es una fotografía que se contiene así misma a partir de elementos autosimilares de la fragmentación del árbol y como éste es representación simbólica de “la vida del cosmos, como generación y regeneración, equivalente a la vida inagotable y a la eternidad”(2) es potencialmente un todo orgánico y vivo. Puede fragmentarse y componer una nueva imagen, autosimilar del mismo modo que la fotografía titulada. Fusión que es una repetición casi infinita de un árbol (figura 2).
Figura 2: Ana María Yanes, Serie Natura Viva II: Fusión. Venezuela, 2001.
Fotografía Cromogénica, Impresión color: lambda. Tamaño: adaptable.
Para la Teoría del Caos, el árbol es un fractal natural por excelencia. Es un conjunto autosimilar respecto a los demás elementos que lo constituyen, así su tronco se bifurca en ramas, éstas en ramas más pequeñas cuya estructura se repite en las nervaduras de sus hojas. En ese sentido, ver un fragmento del árbol es ver la totalidad del mismo.
Tal como mencionan Briggs y Peat, la autosemejanza fractal es una antigua verdad poética a partir del pensamiento Zen del budista Chan que dice: “se levanta una partícula de polvo y toda la tierra está allí; florece una flor y amanece un universo con ella”(3) . Estos autores también hacen referencia a la autosemejanza en el pensamiento de Willian Blake, “ver el mundo en un grano de arena y la eternidad en una hora.”(4)
Ana María Yanes se aproxima al microcosmos para hablar de un orden superior, conectando el macrocosmos a partir del principio de autosemejanza fractal. Otra fotografía, esta vez directa, titulada Árbol de vida (2006), refleja la misma inquietud interior. Yanes parte de una fotografía macro de las nervaduras de una hoja para versar estéticamente de la totalidad del objeto (figura 3). Éste revelará el conjunto del elemento que lo constituye sin importar la proporción del detalle.
Figura 3: Ana María Yanes, Árbol de vida, 2006. Fotografía cromogénica.
Por otra parte, la composición simétrica de la fotografía Trascendencia crea un efecto de perspectiva que se proyecta al infinito, cuyo punto de interés, se ubica en el centro. Al respecto, Rudolf Arnheim menciona que la perspectiva central establece una relación entre el observador y la obra, creando la ilusión real del estar envuelto en un embudo de espacio en expansión que se abre como una flor .
El embudo visual creado por la perspectiva y la orientación de las figuras en forma oblicua orientan la mirada hacia un centro que está elevado. El espectador mira hacia el cielo y es atraído por una fuerza visual que converge en un punto central en el infinito. De la misma manera que un atractor extraño atrae los objetos hacia su centro el espectador se eleva y entra en el universo que transciende en la obra de Ana María Yanes.
Cada una de estas formas romboidales crea espacios a manera de agujeros, estos tienen un sentido simbólico asociado a la vida espiritual y transhumana expresados en la abertura de este mundo hacia otro mundo, simbolizando “el paso de la vida del espacio a la inespacial, de la vida del tiempo a la intemporal, y corresponde al cenit.”(5)
Este universo visual representado por Ana María Yanes se estructura de elementos autosimilares, de igual forma que se construye el triángulo de Sierpinski. A partir de una imagen que contiene dentro de sí otra imagen autosimilar.
La fotografía Transcendencia contiene formas fractales que están contenidas unas dentro de otras, cuyo tamaño va reduciéndose a medida que se orienta al infinito. James Gleick menciona que “un fractal es una manera de ver el infinito.”(6) Es en el principio de repetición autosimilar de manera estética que se conecta con el infinito de la creación del cual versa la fotografía de Ana María Yanes como búsqueda espiritual de la artista.
Estas formas romboidales presentes en la fotografía Transcendencia son autosimilares en un sentido cuasisimilar, es decir, las formas no son exactamente iguales entre ellas pero recuerdan la esencia de la forma inicial, los fractales de la naturaleza se constituyen de esta manera, como por ejemplo las nubes que son autosimilares pero no exactas unas con otras. En ese sentido, la creación artística se aproxima a la creación de la naturaleza. Con cada generación surge otras variaciones y de esta variedad la belleza de la obra en el sentido estético está en la unidad. Relacionando el principio estético de la vida misma de Leon Battista Alberti mencionado anteriormente.
La repetición geométrica, la simetría y las proporciones están conectadas con lo matemático y en ese sentido María Teresa Boulton advierte que filósofos como Pitágoras y Platón ven entre “lo numérico y lo estético del universo un orden en la naturaleza que responde a leyes matemáticas que a su vez son componentes del sentido de belleza”(7). Así la fotografía Transcendencia se conecta con esta idea partir de la creación de planos sucesivos que siguen un patrón rítmico que se mantiene constante y proporcional a medida que se orienta hacia el infinito.
Por analogía visual a partir de sus relaciones formales y geométricas la fotografía Transcendencia se relaciona con los mandalas. Estos son representaciones que tienen origen hindú y significan círculo. Dentro de esta corriente, cada mandala es único y ninguno es igual a otro pues son expresiones psíquicas del autor. Se constituyen básicamente por figuras geométricas contrapuestas y concéntricas, por ello se dice que el mandala “es siempre una cuadratura del círculo.”(8)
Los mandalas tienen la finalidad de servir como instrumentos de contemplación y concentración, de esta forma ayudan a precipitar ciertos estados mentales y propician al espíritu a su evolución partiendo de las formas corpóreas y biológicas a lo espiritual y geométricas. En ese sentido, Ana María Yanes proyecta todo su orden espiritual interior en un universo personal estableciendo relaciones dialécticas con el mundo físico para ir más allá y crear nuevas dimensiones.
Finalmente, desde el punto de vista del pensamiento aristotélico, la belleza de la fotografía Transcendencia se manifiesta cuando el caos se organiza en un todo unificado, en un cosmos a partir del orden, la simetría y la determinación.(9)
- Raymond Bayer. Historia de la estética. p.106.
- Juan Eduardo Cirlot. Diccionario de símbolos, p 89.
- Carl Jung, Analytical Psychology, Its Theory and Practice: The Tavistock Lectures, p. X. Citado por John Briggs y David Peat, Las Siete Leyes del Caos: las ventajas de una vida caótica, p. 143.
- John Briggs y David Peat, Op. cit., p: 143.
- Juan Eduardo Cirlot, Op. cit., p 73.
- James Gleick, Op. cit., p 98. Traducción del autor.
- Ana María Yanes, 2006, Op. cit., p 9.
- Juan Eduardo Cirlot, Op. cit., p 301.
- Ángel J. Capeletti. La estética griega, p 80.
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